Un ejemplo de publicidad sin ética: Ryanair

hace unos días, saltó a la prensa el escándalo de una empresa de las denominadas de bajo coste, Ryanair. El escándalo, como probablemente recordáis, fue el de utilizar una publicidad poco ética, ya que esta empresa se comprometió a entregar billetes gratis a cuantos se presentaran en un sitio convenido con una pancarta contra Iberia. Ni que decir tiene que Ryanair utilizó el trasfondo político buscando su propio provecho y convocó la reunión en Barcelona, donde la situación de Iberia ahora pasa momentos delicados y está sometida a presión por parte del mundo nacionalista. Que yo recuerde, es la primera vez que una empresa utiliza esta forma de publicidad tan descaradamente fraudulenta e inmoral. Yo pensaba que el sacar la pancarta y empezar a vociferar tomando las calles era patrimonio exclusivo en España de la izquierda más recalcitrante, pero ahora parece que algunas empresas como Ryanair están dispuestas a cruzar todos los límites para aumentar cuota de mercado. Personalmente, jamás me fiaría de volar una empresa que demuestra un vacio moral tan notorio. Antes me iría en globo aerostático. Pero de nuevo nos sitúa el debate en la utilización inmoral que algunas empresas hacen de la publicidad.
La convocatoria, por otra parte, terminó en fracaso en forma de tumulto. Se presentaron más personas que billetes había disponibles. Hubo golpes, empujones, policía. Nuevo fraude. La Asociación de Líneas Aéreas (ALA) que representa a 52 compañías aéreas que operan en España consideran intolerable la actitud de Ryanair. Al menos, demuestran tener sentido común.
Creo que un buen tema para la siguiente tertulia sería el de trazar los límites de una publicidad ética y que no traspase los límites del sentido común, del decoro, y del buen gusto. Admito sugerencias.