Desde mi trinchera liberal:Los alimentos más básicos suben seis veces más que la inflación

Este progresista gobierno está empeñado en matarnos de hambre y sed. No le preocupa lo más mínimo. Mientras no sea De Juana Chaos el que se le muera de hambre, el gobierno está contento. A Zapatero lo que le vuelve loco son los huesitos de De Juana. Por los de usted, como si se los envasan al vacío.

El caso es que cada vez nos cuesta más dinero llenar la cesta de la compra de productos básicos. Claro que para Zapatero, obstinado en parir grandes alianzas de civilizaciones, que se aparee el lince ibérico con el dromedario del Gobi, y que ETA deje de matar una vez que nuestro presidente le haya quitado las razones para hacerlo al entregarle todo por lo que siempre han matado (Nótese, que eso para los socialistas de nuevo cuño se denomina "Proceso de paz"), lo de la economía doméstica le parecerá un asunto baladí. Que las patatas, la lechuga y las peras de agua sean casi productos delicatessen, a Zapatero le pasa inadvertido. Es natural, está rodeado de berzas y tampoco se da cuenta. Este hombre sólo atiende a su brillante don profético y a las carantoñas terroristas.

La ministra de agricultura, Elena Espinosa, tuvo la genial idea de instalar un "Observatorio de precios de los alimentos", con el objetivo de moderar los precios de los mismos y hacerlos más estables. Como se puede deducir fácilmente, todo un éxito la iniciativa de la ministra de la cuota: los productos más básicos han subido hasta seis veces más que la inflación. Yo creo que estamos ante un gobierno congénitamente idiota.

Los precios, sin duda, se han moderado. Eso lo notamos todos los españoles cuando llenamos el cesto de la compra. De hecho, es el comentario que más se oye al pagar la cuenta: oiga, está cada día más barata la trucha, o las manzanas, o el filete de pollo. Así da gusto. Lo primero que nos viene a la cabeza al pagar nuestra factura alimenticia es la ministra Espinosa y su observatorio, que han permitido que los precios se moderen de esa forma. Rebosamos alegría y gratitud. Es más, hacemos extensivo nuestro agradecimiento a Zapatero, y demás ministros. Nos acordamos hasta de sus padres y familiares difuntos. Nos embarga el agradecimiento, mientras damos otra imposible vuelta de tuerca a la VISA.